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domingo, 10 de enero de 2010

LA TEMPESTAD

"Un hombre sencillo vivía en la costa. No había nada que le gustaba más que navegar. Cada minuto libre lo aprovechaba para salir al mar. Tenía buenos conocimientos acerca de viento y tiempo, nudos y pesca. Un día llevó consigo a su hijo de 10 años y a su amigo de la misma edad a navegar. Habiendo un tiempo fantástico salieron al mar. Repentinamente se alzó un fuerte temporal, embistiendo violentamente contra el velero. Lejos de la salvadora costa la embarcación comenzó a hundirse y el hombre y los dos niños cayeron al mar. Lo único que el hombre pudo llevar consigo fue una cuerda. Una ola lo llevó hacia una boya, donde logró sostenerse. A cierta distancia los niños iban a la deriva. Pero él con la cuerda solamente podía salvar a uno de ellos. El sabía que su hijo conocía a Jesucristo y lo amaba. También sabía que el amigo de su hijo no era cristiano. Que haría? Un terrible dolor debía de haberle roto el corazón. Le gritó a su hijo: 'Te amo' y le arrojó la cuerda a su amigo, quién fue salvado. El cadáver de su hijo jamás fue hallado.

Eso lo ha hecho Dios por nosotros, Él nos ha arrojado la cuerda, para salvarnos, y ha dejado morir a Su Hijo en nuestro lugar."


Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.(Isa. 53:4-6)


Fuentes:

Parameditar.com

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