Buscar este blog

lunes, 30 de noviembre de 2009

COMO ATRAPAR UN SIMIO

Los hombres que atrapan animales en África para los zoológicos dicen que uno de los más difíciles para capturar es el mono. No obstante, para la tribu de los zulúes de África del Sur es fácil y ellos tienen años de experiencia en este arte. Su método se basa en su conocimiento de la naturaleza del animal.
Hay muchas variaciones de esta trampa pero básicamente la estratagema consiste en un melón creciendo en su vid. Las semillas de este melón es una de las comidas predilectas del simio. Sabiendo esto, los zulúes simplemente cortan un agujero en el melón justo el tamaño de la mano del primate. Cuando el mono mete su mano, siempre agarra cuantas semillas alcanza sujetar en su puño, pero cuando intenta sacar su mano, no lo puede hacer porque su puño es más grande que la abertura. El mono gritará, luchará y peleará con el melón por horas pero nunca podrá sacar su mano a menos que llegue a la conclusión de que tiene que soltar las semillas, cosa que nunca hacen. Entre tanto, los zulúes tienen tiempo de sobra para echar mano a lo que han cazado.

Creo que los zulúes supieron como atrapar a los monos porque entendieron también la naturaleza de los hombres. Cuantas veces he visto a personas atrapadas en pecados, vicios y gustos destructivos que rehúsan del todo dejar aunque saben muy bien que sus mismos gustos les llevarán a la destrucción. Otros, por su soberbia, rehúsan arrepentirse de algún mal y escogen sufrir un gran daño solamente porque no quieren humillarse. Como el mono con su mano atrapada en el melón, su solución es simplemente soltar lo que les esta matando y la liberación vendrá enseguida.

Jesucristo, viendo la esclavitud de la raza humana, nos manda ha arrepentirnos de nuestros propios caminos para seguirle a Él. Ninguna de nuestras propias soluciones podrá sacar nuestra mano de la trampa del pecado. El arrepentimiento es el acto de abrir nuestra mano y soltar lo que tanto buscamos sin Dios. Lo irónico de todo es que la razón por la que tenemos nuestra mano atrapada es porque creemos que lo más anhelado de nuestra vida se encuentra allí. Pero cuando soltamos lo que tenemos tan tenazmente agarrado nos damos cuenta que lo que verdaderamente buscamos nunca se encontraba allí, sino en el mismo Señor Jesucristo. Dios no dice en su Palabra, Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. (Isaías 10:4)

Cualquier cosa que te este robando tu paz con Dios y con tus seres amados, sea el orgullo o cualquier otro pecado, suéltalo y pon tu mano en la mano de Cristo.

El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; (Lucas 4:18)

(Eclesiastés 9:12) Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.




FUENTE:
WWW.PARAMEDITAR.COM
Hno. Prince Parker

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por compartir tu opinio, ya que es muy importante para nosotros. Este comentario sera revisado y está esperando ser aprobado por un administrador.