Los dispositivos que se activan por la voz están programados para hacer lo que se les dice. Dios pudo habernos hecho así, pero en vez de eso, nos dio la opción de decidir si vamos a escuchar y a obedecer.
Santiago nos apremió a que obedeciéramos a Dios cada vez que Él nos habla por medio de su Palabra. Escribió: "Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos" (Santiago 1:22). El autoengaño viene cuando escuchamos la Palabra de Dios sin hacer lo que dice. Rápidamente olvidamos lo que el Señor nos muestra sobre nosotros mismos y
deambulamos por ahí sin cambiar.
Es natural querer que Dios nos escuche y conteste, pero lo más importante de todo es si nosotros le escuchamos y respondemos a Él. ¿Tiene Dios nuestra atención hoy? ¿Estamos optando por ser activados por cada una de Sus palabras?
CUANDO ABRAS LA BIBLIA, PÍDELE AL AUTOR QUE ABRA TU CORAZÓN.
(Juan 13:17) Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. (Santiago 1:22)
Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. San Juan 10...
Fuente:
Entrecristianos.com
Hno. Prince Parker
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